Hablas como quien no sabe hablar. Escribes como que nunca has leído. Discutes como quien tiene la razón. Te quejas de mi falta de ignorancia en ciertos temas. Te da rabia, no me soportas. Piensas que sé poco porque de lo poco que sabes no sé nada. Te jactas de la oscuridad que exhibes. Te burlas de mis argumentos porque para ti son ficticios, algo así como sacados de una novela. Te ríes y no sabes que te burlas de ti mismo. Tu risa sólo provoca en mí tristeza. No me burlo de ti. Realmente siento pena. Sé que en tu mente vulgar (al leer esa palabra) se anida un deseo de mandarme a hacer aquello que no viene al caso. Tu falta de espíritu por aprender te mantiene pobre aunque tengas dinero, aunque me muestres tus lujos. Yo no tengo nada, sólo aquello necesario para vivir y dejar vivir. Ojalá y pasara algo que derrame un poco de luz en aquel espacio que aloja tu masa encefálica: quizá puedas llegar a ver algo de lo que veo... Autor: Jed Cordero Pichardo Fecha de Creación: 18-12-2017