Canto a la sociedad

Estoy consciente
de que la carencia de credibilidad
es un problema que nos afecta a todos
y que por los hechos de otros
tendemos a perderla.

Nuestro pueblo,
al igual que muchos más,
sigue siendo víctima
de la falta de sensibilidad y honestidad
de hombres y mujeres
que juraron lealtad.

Al mirar cada capítulo
de la vida nacional,
siento un dolor tan intenso
que quisiera desmayar
para así no seguir viendo
cuál será nuestro final.

Hay personas que mantienen
una vil posición
alegando que alguien distinto
no podrá dirigir la nación,
con excusas tan baratas
que no tienen comparación,
dicen ser realistas, pero no lo son;
dicen desear el cambio, pero no de corazón.

Están también arropados
por la desesperación
y prefieren ignorarlo todo
para supuestamente,
evitar decepción.

Con un pensamiento limitado
a lo que digan los demás,
no se imaginan cuánto daño
le hacen a la sociedad,
pues como una bola de nieve
circula la misma expresión
sin saber que contra un pueblo
no puede un pelotón.

Por más fuerzas que tengan,
por más dinero que posean,
no podrán jamás cambiar la dirección
de un pueblo que ha decidido ser
libre de toda opresión.

A veces, suelo escuchar voces
y no es alucinación,
son clamores de hombres y mujeres
que dieron todo por amor,
que sin vacilaciones ni excusas
dejaron todo atrás
con la única intención
de darnos libertad.

Esas voces me comentan
con tanta emoción:
que si creemos, podemos
mejorar nuestra nación.

Para un proyecto como este
no son suficientes las palabras,
pues estas se las lleva el viento,
y por lo general,
nos queda el desconcierto.

Necesitamos de acción
que mueva nuestro motor
para poder alcanzar
la gran satisfacción
de decir a todas voces:
¡logramos la misión!

 

Jed Cordero Pichardo / Fragmentos de mí

 

3 comentarios en “Canto a la sociedad

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