Sin pensarlo

Sin pensarlo, nos hemos convertido en lo que odiamos. Sin pensarlo, estamos acabando con lo que nos da vida. Sin pensarlo, nos hemos acomodado a la cobardía. Sin pensarlo, hemos dejado de amar, de sentir y soñar. Sin pensarlo, nos hemos convertido en sicarios de nuestra propia sociedad. Sin pensarlo, le hemos dejado el espacio…