Tres consejos

La noche del 14 de noviembre del año 2013 dejó en mí una marca indeleble. La emoción me acorraló al conocer en persona al autor dominicano, ganador del premio Pulitzer, Junot Díaz; quien se presentaba en el auditorio del Naugatuck Valley Community College, Waterbury, Connecticut.

El magnetismo de su sencillez atraía a todos los presentes en aquel lugar. A pesar de eso, yo permanecía quieto observando desde un balcón. Me preguntaba constantemente si debía ir a saludarle y pedirle que autografiara dos de sus libros que llevaba conmigo. Pero tuve mis dudas. No sabía cómo iba a ser su reacción.

Luego de varios minutos, decidí acercarme al área en donde él se encontraba. Una vez allí, en una pausa de abrazos y saludos, salté y me presenté dándole mi nombre y un fuerte apretón de manos.

Su reacción fue como la de cualquier mortal que tiene años conociéndote: sonriente, alegre.

Le pregunté si él podía autografiar mis libros, a lo cual dijo que sí. Luego, que si podíamos tomarnos una foto juntos, y -a ritmo de carcajadas- también aceptó.

Posteriormente, sabiendo que su tiempo con cada persona era limitado, me apresuré a preguntarle qué consejos le daría a una persona que aspira a convertirse en escritor. Su respuesta al instante fue: “¡Coño, tíguere! Esa pregunta es difícil. Para mí, yo me saqué la lotería. No sé qué decirte. Lo que pasó conmigo, yo no me lo esperaba. Todo esto fue como ganarse la lotería”. Y en medio de risas, se despidió.

No voy a negar mi inconformidad con semejante respuesta. Pensé que quizás él no quería compartir parte de lo que le ayudó a convertirse en escritor. Pero me equivoqué.

Estando ya en el auditorio, su presentación fue simplemente brillante. Su interacción con el público fue excepcional: dio respuesta a todas las preguntas que surgieron, incluyendo la que yo le había hecho antes de comenzar. Esta fue su última respuesta:

“Tres consejos para quienes aspiran a convertirse en escritores” (más o menos la traducción de lo que dijo, pues la presentación fue completamente en Inglés):

  • Escriba solo lo que sienta
  • No escriba tratando que su obra le vaya a gustar a alguien
  • No escriba pensando en el éxito; por lo general, uno termina obteniendo todo lo contrario

Después de escucharle decir esto, sentí el deseo de escribir y publicar. Mis miedos se esfumaron y como resultado de ello comencé a trabajar en mi primer poemario “Fragmentos de mí”, el cual decidí publicar el día 19 de noviembre de 2015.

Definitivamente, la experiencia con Junot Díaz cambió mi forma de ver las cosas. Puedo decir que no soy el mismo desde aquella noche, y es mi deseo que cada persona que lea estas líneas pueda recibir parte de lo vivido por mí en aquel momento.

 

5 comentarios en “Tres consejos

  1. …De esos relatos que se leen y no quiere uno que termine nunca. ¡Brillante, Cordero!

    Junot Díaz es sin duda un paradigma, especialmente para nosotros los dominicanos que tenemos pocos de ellos. Yo también conocí a Junot, y lo hice así de repente y osado; aunque no lo hice de manera física, sino intelectual, conceptual, abstracta, si se quiere. Lo encontré a través de Wao. Y me llegó tan a la sien que quise también emularlo. Creo en él, en su filosofía humanista, en su delicadeza y buen tacto, aunque éste sea mundano y tosco. Creo en que su manera tan peculiar, es a la vez bastante original y talentosa. Claro, yo no es que me considere un escritor, para nada lo soy. Ahora, de algo sí soy aficionado, aparte de aquellas y aquellos, es de escribir. Me gusta escribir hasta de relajo. Escribo largas historias y luego las destrozo; las saco de mi consciencia. Siento que debo repetir lo que tanto empuja en mi mente. Y Junot ha logrado que me organice un poco más cuando escriba, que le ponga real interés, aunque no lo he hecho del todo. Siento que puedo dar más, pero que todavía no es tiempo de despegar…

    Un punto final, de la enseñanza expuesta aquí: yo cuando escribo lo hago de mi piel, y ni miro moral ni miro a quien le pueda agradar.. no existe más verdad para mí que lo que sale de mí… Sento que soy parte de mí, que lo que digo es sólo un hueco de mi reflejo. Lo otro es que, la fama, el dinero, los logros; ¡para los muertos! La vida está llena de cosas que hay que contar. Y a quienes les gusta improvisar… por qué no…

    Me encantó el escrito, camarada. Su felpa es exquisita. Buena secuencia.

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    • Muchas gracias, hermano. Me alegra saber que pudo disfrutar lo narrado por este humilde servidor. Con experiencias como esta uno se libera de muchas cosas, sobre todo de aquel temor que surge al pensar en lo que los demás puedan opinar acerca de lo que uno pueda escribir. Una vez quitamos esa limitación de nuestro camino, tenemos el sendero despejado para proyectar los talentos que todos tenemos, pero que muchas veces mantenemos ocultos por el mismo temor.

      Una vez más, ¡gracias! 🙂

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  2. Veo completamente acertados los consejos de Junot Díaz. Muchas gracias por haberme hablado de su obra y por compartir esta anécdota tan inspiradora. Yo empecé a escribir poemas cuando tenía 10 -que eran bastante cursis y simplones, por supuesto- y nada de ello tenía que ver con que le gustaran o no a alguien (es más, nadie nunca los leyó), obviamente ni siquiera soñaba con el éxito, solo lo hacía por la primera razón que él menciona: porque yo los sentía. Sentía que debía expresar eso. Y así sigue siendo cuando escribo un poema, o un ocasional relato. El éxito, la fama, el complacer a los demás nada de eso importa ya. Me agrada que creas en ello, por eso fue un placer leer tu poemario. Nadie habla tan directo y claro si quiere complacer. Realmente tus poemas destilan honestidad y eso es lo que me gusta de «Fragmentos de mí»: la franqueza en la expresión de tus ideas y sentimientos. Te deseo mucha suerte con el libro y en todos tus proyectos futuros. ¡Saludos!

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    • Crissanta, gracias a ti por escribir acerca de tu experiencia escribiendo poemas. Tienes mucha razón cuando dices «Nadie habla tan directo y claro si quiere complacer». No pudiste haberlo dicho mejor. Siempre que optamos por complacer a los demás, dejamos de ser nosotros mismos: nos convertimos en esclavos de un sistema que -sin darnos cuenta- nos mantiene en un círculo vicioso, que nos aparta de lo que realmente somos.

      Una vez más, ¡muchas gracias por leerme y comentar! ¡Saludos!

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  3. Reblogueó esto en Carla Paola Reyesy comentado:
    Quiero compartir con ustedes la primera entrada del blog del autor Jed Cordero Pichardo, a quien conocí a través de Somarí Creativos. Durante el tiempo en que lo ayudamos con su poemario y su promoción, pude conocer sus sólidas opiniones sobre la poesía y sobre los temas políticos en su país natal, República Dominicana. Los invito a conocer sus proyectos y a leer esta entrada con tres muy buenos consejos para aquellos que aspiran (aspiramos) a ser escritores.

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